A Ricardo Esteban, editor de Dibbuks, una de las editoriales de tebeos más jóvenes y activas del país, pocos le ganan en optimismo. Mientras la crisis hace temblar al sector, Esteban apuesta por un proyecto «un poco loco». Se trata de Interfaces, una revista de más de 150 páginas con el trabajo de una treintena de artistas de todo el mundo. A este reto se suman otros, como la edición digital o la situación del mercado del cómic. La clave, según Esteban, está en conseguir que el beneficiado sea siempre el lector.

Tras El Manglar, ahora Dibbuks apuesta por Interfaces, un formato de revista arriesgado, nunca visto por estos lares. ¿Crees todavía en el romanticismo de la edición?

Dibbuks es una editorial muy personal. Como tal tiene la total libertad de actuación, no sujeta nunca a estructuras, políticas o requerimientos de empresa. Una editorial normal no hubiera apostado por El Manglar, ni ahora por Interfaces, ni por todas las sorpresas que aun tenemos preparadas para este año.

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No tiene nada que ver con el romanticismo en la edición, sino en el gusto por el trabajo de los autores españoles, la apuesta por sus obras y la búsqueda constantes de nuevas formas de transmitir editorialmente ideas, proyectos o ilusiones.

Siempre hay que estar en continua búsqueda. Si tras un plazo de ensayo adecuado se demuestra fallido un proyecto, habrá que reconocerlo y darlo por acabado. Pero siempre hay que tener otros dos o tres en la mente y su desarrollo encima de la mesa de trabajo.

¿Cómo «venderías» Interfaces a un lector, tanto aficionado al cómic como neófito?

Interfaces es uno de estos proyectos. En Francia ya han salido dos números como bastante éxito de crítica y de ventas. En España no hay espacios para publicar y leer historias cortas (de unas diez a veinte hojas), pues solo se están publicando álbumes. Es muy necesario este tipo de formato pues permite el descubrimiento de nuevos autores o nuevas formas de expresión. En la edición española podemos suprimir lo que deseemos de la francesa y cambiarlo por autores patrios.

Este primer número es una explosión de nuevos talentos, muchos de ellos poco publicados en España. En Francia Interfaces va a estar limitado a cuatro números. En España no. Si después de estos cuatro números se demuestra que es viable tanto económicamente como culturalmente el proyecto continuaremos por nuestra cuenta con más números.

¿Interfaces es un reflejo de la globalización del cómic? Con Internet, parece uno de los medios en el que menos importan las fronteras.

La posibilidad global que ofrece Internet es tremenda. Por ello tenemos acceso a obras (ilustración, foto, comic…) y a aglutinarlas en un solo contenedor a disposición del comprador y lector.

El Manglar es cantera de éxitos, como ‘El Vecino’ ¿Cuáles van a ser los principales descubrimientos de la nueva revista?

El Manglar ha dado al mercado nuevos valores que ya estaban teniendo éxitos también fuera de Dibbuks. ‘El Vecino’ ya era una serie de éxito al haber sacado dos tomos en Astiberri (y ahora el tercero). Entre diversas editoriales estamos aupando y dando alas a un grupo de profesionales que se ganan con su esfuerzo día a día su reputación.

Ricardo Esteban, un aventurero editorial
Ricardo Esteban, un aventurero editorial

Fuera ya de la revista, ¿cómo ves el panorama editorial en España? Parece que muchas casas andan con pies de plomo a la hora de apostar por novedades y se echa mano de lo que funciona.

Estamos en un momento muy delicado en cuanto a apuestas editoriales arriesgadas se refiere. Todas la editoriales están mirando mucho los proyectos españoles o de producción propia. Seguramente ahora es cuando más hay que apostar por ello y, si sale bien, demostrar al sector que es posible tener un porcentaje elevado de la producción en estas líneas y seguir viviendo. Dibbuks va a incrementar bastante sus líneas con apuestas de este tipo. No hay más que mirar su catálogo y seguir las novedades que ya se están anunciando para darse cuanta que vamos a hacer un esfuerzo tremendo en una época difícil. ¿Sabrá el lector valorarlo? Siempre queda la duda y, si no es así, la amargura.  

Se habla más que nunca de tebeos pero, en términos generales. ¿Se vende más o menos que  nunca?

Pienso que se venden más tebeos que nunca (de la historia moderna del sector), pero somos más a repartir (muchos más autores, más títulos, más editoriales…). 

No sé si la clave está en mimar al lector.

La decisión de Dibbuks es, efectivamente, darle al lector más cariño en los álbumes. Se ha decidido editar todos con un lujo acorde a cada producto, seleccionando muy mucho los productos y editándolos con total exquisitez. No sé si venderemos más o menos, pero el producto a posicionar en el mercado va a ser excelente. Ted Naifeh (‘Polly y los piratas’) y Ross Cambell (‘Los abandonados’) ya nos han mandado sus e-mail asombrados de la magnífica calidad de sus ediciones españolas, diciendo que nunca les habían editado de este forma. ¡Estamos dejando el pabellón muy alto!  

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Dicen que se avecina la revolución digital a los libros. ¿El cómic lo va a pasar tan mal como la música o hablamos de medios distintos?

Todos los medios van a sufrir al introducirse en el mundo digital. Habrá libros que solo se producirán para soportes digitales, otro lo harán para ambos medios (papel y digital) y siempre habrá algunos solo para sibaritas en papel. Lo que falta por encajar es el papel a jugar por el librero, el distribuidor, el editor, el autor… ¡Seguro que todos llegaremos a un buen acuerdo donde, como siempre, el que gane sea el lector!  

Materia prima, es decir, autores con talento, abundan en España. ¿Por qué la industria del tebeo patrio no está a los niveles de Europa en otros aspectos?

Los autores españoles son de los mejor del mundo (sino lo mejores). El problema es que la industria del comic española no es capaz de absorber todo la ingente obra magnífica que producen. Las editoriales extranjeras (sobre todo francesas y americanas) están plagadas de colaboraciones de autores españoles. Muchos hay que llevan años trabajando así y aquí ni les conocemos.

Dibbuks apuesta por una línea para niños, algo que pocos hacen. ¿Es el público infantil en gran olvidado desde que la factoría Bruguera cerró?

El público infantil no dispones ahora de historietas de calidad para comprar, fuera de algunas excepciones. Dibbuks tiene una línea de cuentos infantiles y algunos comics especialmente editados para ellos. La aventura en esta línea es muy difícil, pues no hay costumbre de la compra por parte de los padres de este producto. Pero seguiremos intentando.  A optimistas en Dibbuks no nos gana nadie.